16 de noviembre de 2020
El reto es aprovechar el potencial de la computación distribuida, aplicable a campos diversos como el Covid-19, la evolución costera o la deforestación
El Instituto de Física de Cantabria (IFCA, centro mixto de la Universidad de Cantabria y el CSIC) está liderando el proyecto EOSC-Synergy, una de las tres grandes iniciativas financiadas por la Comisión Europea para poner en marcha la European Open Science Cloud (EOSC). En este caso, el IFCA coordina la implantación de esa "nube", con aplicaciones en campos tan diversos como la salud, la exploración espacial o las TIC, en ocho países: además de España, Portugal, Eslovaquia, Polonia, Países Bajos, Reino Unido y parte de Alemania y de Francia.
Cuando se cumple un año del proyecto, la investigadora del IFCA Isabel Campos hace un repaso de los avances logrados y de los retos por cumplir, dentro del objetivo de "poner en conjunto la capacidad "cloud" de los centros de investigación, uniendo fuerzas en torno al desarrollo de software para instrumentación, servicios en la nube, investigación…".
Este entorno virtual impulsará la ciencia y la innovación abiertas, permitiendo a los científicos almacenar, gestionar, analizar y reutilizar datos para I+D+i y educación.
"Durante este tiempo hemos puesto en marcha varios servicios temáticos, que se pueden explotar en varios centros de recursos de computación europeos gracias al desarrollo tecnológico que hemos puesto por encima", explica Campos. Así, los investigadores del IFCA y del Laboratorio de Ingeniería de Lisboa han sido capaces de analizar datos provenientes de satélites tipo Sentinel para investigar cómo cambian las líneas costeras.
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